La 8.ª generación del 911 es la suma de sus predecesores y, por tanto, supone tanto una retrospectiva como una visión de futuro. La silueta: icónica. El diseño: atemporal. La tecnología: inspirada en las grandes victorias en competición y siempre un paso por delante. El resultado es la generación más elegante y, a la vez, más moderna del 911. Lleno de recuerdos, pero también de claves acerca de cómo concebimos el futuro del automóvil deportivo. Esto convierte al 911 en una máquina atemporal: la «Máquina eterna».
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